Después de visitar a su amiga la rana y a su colega el astronauta, Pufito posa sonriente en la Plaza Mayor más bonita del mundo mundial. Antaño los chicos daban vueltas en una dirección y las chicas en la contraria... pero eso era hace muuuuucho muuuuuucho tiempo.
Cuando llegamos a Alba de Tormes, Pufito quiso leernos los panfletos que contaban cosas de las iglesias.
Con la iglesia De San Juan de la Cruz al fondo.
En la capilla del convento de Santa Teresa después de ver el corazón y el brazo incorrupto.
Le dijimos que no leyera más, pero Pufito es un cabezota de mucho cuidado.
Nos fuimos a Avila, y primero pasamos por el convento de Santa Ana... que es un monasterio Cisterciense que está a las afuera de la ciudad.
Hizo buenas migas con los leones de la puerta de la catedral un rato antes de asistir al concierto de los pufitos cantores de Pinto, que cantaban en la catedral esa tarde.
Finalmente nos despedimos de la ciudad visitando su muralla, que un poco más y da dos vueltas, aunque no llega a ser como la de China (por poco).
Este viaje le pareció a Pufito muy inesperado, muy variado y bastante cansado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario